Siempre me maravilla el término del invierno. Esta madrugada, en la Plaza San Martín, ha llegado la primavera. No, todavía no he perdido el juicio. Llega la primavera si estás en el hemisferio sur, te despiertas en un hotel de Buenos Aires, y no se te ocurre otra cosa que fotografiar el amanecer. El del día, y el del verde tierno de los árboles.

Más tarde paseo por la calle Florida, y constato una vez más, que esta fantástica y “lindísima” (hablando al más puro estilo argentino) ciudad es, para mí, la más americana de las ciudades europeas.
Si pasear por la Recoleta me traslada a mi Madrid natal, comer un plato de raviolis en San Telmo me hace creer para siempre en la auténtica pasta italiana. Podría vivir aquí, y tomar mate. Y hasta, tal vez, algún día, tomar un solomillo acompañado de un Malbec (la variedad de uva tinta más plantada del país) (bueno, lo del Malbec mucho más a menudo que la carne). Y después de esto, seguramente acabaría cantando desgarradoramente un tango de Gardel.

Aunque el señor Conte me obliga a meterme en el avión de vuelta, me paseo por el súper (creo que mi obsesión por los supermercados empieza a ser patológica, al llegar voy a tener que hacérmelo mirar) para comprobar cómo la carne cuesta la tercera parte que en España. No suelo comerlo, pero el sector carnívoro de la familia (es decir los otros cuatro) ponen los ojos en blanco ante un buen solomillo con patatas.
Pero yo siempre fui una buena chica, y no se me ocurriría comprar la misma carne, de la misma marca, de la misma procedencia que en España, aunque cueste el triple.
Ni se me ocurriría comprar dos solomillos que tuviera que conservar en el minibar hasta la salida.
Ni tampoco iba yo a pensar en cómo colocarlos en la maleta para que no resalte mucho en la pantalla.
Ni mucho menos pasaría silbando y mirando para otro lado por delante del guardia civil, pidiéndole al cielo que no me toque a mí pasar la maleta por los rayos, que le toque a otro compañero que posiblemente tampoco llevará ni un gramo de carne argentina.
Ni saldría pitando una vez pasado el control.

¡Dios me libre! Yo soy una buena chica y no hago cosas malas. Sólo constato el precio. Me conformo con llevar una botella de Malbec, a cuyo nombre (como de cuento de Cortázar) no puedo resistirme: “Postales del fin del mundo” .
Y de receta, el acompañamiento del solomillo que (no) compré en Buenos Aires:
Patatas asadas con mostaza, y Salsa del fin del mundo (servirá cualquier otro vino tinto de calidad).
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PATATAS ASADAS CON MOSTAZA

Ingredientes:
1 y 1/2 Kg de patatas
1/2 taza de mostaza a la antigua de Dijon (de esa que lleva semillas de mostaza)
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de zumo de limón
3 dientes de ajo muy picaditos
unas ramitas de tomillo limonero fresco
sal
1.- Pelamos las patatas, las cortamos en trozos no muy grandes, y las cocemos al vapor durante unos 20 minutos (esta idea es una adaptación de las patatas del maravilloso blog “Pepa Cooks” que os invito a que visitéis, para aprender un montón). Precalentamos el horno a 200 grados.
2.- Mezclamos en un bol grande el resto de los ingredientes. Añadimos las patatas y dejamos reposar 30 minutos.
3.- Una vez el horno esté caliente, ponemos las patatas en una fuente de horno y las asamos durante unos 40 minutos o hasta que estén tiernas. Removemos de vez en cuando para que no se peguen y se doren por todos los lados. Resultan crujientes y cremosas a la vez.
Imprimir la receta: Patatas asadas con mostaza
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SALSA DEL FIN DEL MUNDO
(Salsa de vino tinto, aunque desde luego si se fuera a acabar el mundo, merecería la pena darse un homenaje con ella).

Ingredientes:
75 gr de mantequilla
1/2 cebolla grande
3 cucharadas de brandy
1 ramita de romero fresco
1 taza de vino tinto de buena calidad (el Malbec es un vino espeso y sedoso con alta graduación de alcohol)
1/2 litro de caldo casero de verduras (o un buen caldo de carne)
sal y pimienta negra
1.- En un cazo fundimos la mantequilla y echamos la cebolla picada. Salteamos durante unos minutos hasta que esté dorada.
2.- Añadimos el brandy, la rama de romero y la pimienta. Dejamos que el líquido se evapore.
3.- Añadimos el vino tinto y cuando comience a hervir, vertemos el caldo de verduras. Salamos ligeramente. Dejamos que hierva hasta que se haya reducido el líquido a la mitad.
4.- Colamos la salsa presionando un poquito sobre la cebolla para que suelte todo el líquido. Descartamos la cebolla y la ramita de romero. Si queda demasiado líquida, apartaremos unas cucharadas de salsa, mezclaremos con un poquitín de maicena, y volveremos a llevar a ebullición para que espese ligeramente.
5.- Servimos acompañando a la carne.
Imprimir la receta: Salsa de vino tinto
Y por hoy solamente una última reflexión: “Las chicas buenas van al cielo, las chicas malas …a todas partes”.
Primera?? Eso ya merece un brindis!
Apenas como carne pero lo peor es que me gusta muy hecha, casi carbonizada y eso para los que saben apreciarla es un sacrilegio.
Me ha encantado el nombre de la salsa, es de lo más inspirador.
Besos
Hermosa la primavera cierto? Por acá todavía florecen los lapachos…
Ese lomo con malbec debe haber estado como en un sueño. Pero como buena hija de mendocina tengo que acotar que los mejores malbec (y tintos) son de esas tierras. 😀
Muchos saludos y buen regreso al otoño,
Marcela
Hola Sonia! ya estás en casa y haciendo delicias. Eres incréble, gracias por mirar con tan buenos ojos a la calle Florida , que la tienen bastante maltratada ultimamente.
No nos hemos podido ver, alguna vez tendré la ocasión de conocerte, si te puedo encontrar, te mueves de un lado para el otro.
Un abrazo
¡Para mí que tú NO compras la carne en el mismo mercado que NO la compraba yo…!(las vacas, cuando me veían llegar, se subían a los árboles, aterrorizadas)
¡Para mí que NO te paseas por los mismos sitios…!
¡Para mí que No comes en los mismos lugares, NI tomas café con leche en San Telmo con un plato de cacahuetes…! (sorprendente, pero cierto)
El menú que pones hoy, me ha gustado.Dicen Sula y Nina que si ha quedado algo…
Un besote.
Maravilloso!!! Los restaurantes argentinos son mi perdición, en casa tengo un carnivoro y yo de vez en cuando me apunto!!! La salsa de vino, la hago bastante, con oporto o con pedro jimenez!! Umm!! con esas patatitas!!! Una delicia, y esas fotos de Buenos Aires y, y… sin palabras!!
Besitos
Hola Sonia!!
Ýo me iría ahora mismito para allá, con lo poco que me gusta el frío.
Eso de digo a mi chico, yo tendría que vivir 6 meses en Argentina y otros 6 en España, así no pasaría frío.
Me encanta esa salsa de vino, suelo utilizar más el blanco, pero ésta tiene que estar buenísima.
besos
Alicia,
A mi también me encanta ser la primera cuando dejo un comentario. Me temo que somos como niñas. Y tampoco suelo comer carne, y me pasa como a ti, cuando lo hago un poquito carbonizada. Besos
Marcela,
Tienes razón, el Malbec de Mendoza es excelente. Hace no mucho compré un Alta VIsta que era una delicia, pero no me digas que el nombre del vino no es como para no llevarse una botellita a casa. Un besazo.
Ciber,
¿Cómo quieres que mire la calle Florida? Sólo soy una turista que se apasiona por una ciudad tan maravillosa como Buenos Aires. Pero supongo que me pasaría a mi lo mismo con la calle Preciados de Madrid. Un beso, y a ver cuando nos vemos por tus tierras. Un beso.
Pedro,
Creo que no, que NO compramos carne, ni en los mismos sitios, ni de la misma manera. Diles a tus niñas de cuatro patas que están invitadas. Besos
Ivana,
Esta salsa es una adaptación de una salsa de oporto, pero con vino tinto. Me encantan los restaurantes argentinos también, pero me temo que no comemos lo mismo en ellos. Lo siento, pero es que la carne… Besos miles.
Carmen,
Pues mira, la próxima vez voy a intentarlo con vino blanco, seguro que también queda deliciosa. Un beso grande.
Ay madre mía, se me hace la boca agua con esas patatas! Y con las salsa lo mismo, me parece que este fin de semana cae todo, con carne gallega, me imagino, pero bueno!
De verdad fuiste buena y no te trajiste la carne? 😉
Encantadora como siempre, Sonia!! La receta de las papas y de la salsa son para perder la razón, que cosa más rica.
Tu última reflexión, siempre ha sido mi máxima.
Besos…..
Jajajaja, menudo filete NO compraste…..
Me ha encantado la historia. Te dejo otra frase: Well behaved women rarely make history.
La llevo pegada a la tapa de mi portátil….
Hola Sonia!
Tengo que reconocer que cada día me gusta más tu blog, con tus magnificas recetas, pero sobre todo por esas bonitas historias de tus viajes y lugares que visitas, que un poco de envidia me da (envidia sana… creo), así que no pierdas la costumbre eh!
Un besote grande y pasate un solomillo para aquí si tu no comes mujer!
Ana,
Lo dicho, soy una buena chica, pero me gusta ir a todas partes. Un besazo.
Ana Mobula,
Pues atenta a la que pone Ajonjolí en el comentario a continuación del tuyo. Estupenda ¿eh?. Besos.
Ajonjolí,
Creo que va a pasar a ocupar un lugar privilegiado en el archivo de frases geniales. Muuuuchas gracias. Un beso.
Perenken,
Puf!! Viendo como comen mis adorables adolescentes, no me quiero imaginar la de solomillos que le harían falta a uno de 26. Prefiero invitarte a cañas. Un beso.
A ver, vamos por partes…
Primero: lo de ir a los supermercados…también lo tengo yo. Si quieres podemos formar un grupito de autoayuda, jajajaja!
Segundo: es que el nombre del vino, me ha encantado..totalmente poético!!! y la salsa ya no te cuento como tiene que estar
Tercero…las patatitas… ……………………(sin comentarios…..)…..este fin de semana creo que las voy a hacer… y tan pronto como salga de aquí me paso por el Pepa Cooks,,,
Cuarto….yo soy de las malas….pero de las malísimas….por eso voy a muchos sitios…jiji
Un beso muy fuerte!!! B
De verdad, y con perdón del vacuno Español, esas vacas argentinas no saben como las nuestras, no… yo no se la ternera de Kobe como estará de buena con tanto masaje con sake, pero las Argentinas las tienen que masajear con gloria bendita, porque están divinas, aunque tengo que reconocer que a mi, lo que más me va son las patatuelas, como me gustan las condenadas…
Preciosos los cambios de estación, pero un poco chungos, verdad? Cuídate.
Hola Sonia:
Me alegro te guste mi hojaldrito con cabello de ángel. Pero esta entrada tuya vale un mundo, qué bonito todo y lo bien que lo paso contigo, tus viajes y tus recetas. Muchas gracias y un besazo.
Hola de nuevo:
Tengo pensado hacer una entrada con algunos adornos de chocolate, pero te digo que es bien fácil. Sobre un papel de acetato, que es un plástico tranparetente poness chocolate fundido, esperas un poquito y pasas un peine de pastelería, luego lo enrollas un poco, sujetas con celo y dejas solidificar. A ver si dentro de unos días lo pongo y así s ve mejor. Besotes
Hola de nuevo!!! cuando tengas un ratito pásate por mi blog, hay una curiosidad para ti!!
uyy que mala eres!!!! como le hago ahora para comerme un bife de chorizo en Portugal con un Malbec, que me encanta, bien no te rias….tenemos algunas fotos para cuando nos ataca mucho la nostalgia…de los precios ni hablar, pero cada lado tiene lo suyo, los mariscos por alla son bastante caros, voy a hacer la salas con un tinto que tenemos en casa, tiene que estar de muerte y las papas tambien , se ven super crocantes, un beso enorme y gracias por este lindo momento que es entrar en tu blog, lo disfruto mucho
daniela
Pues es que Bea te ha dicho lo mismo que te iba a decir yo… Lo del super podemos ir a mirárnoslo y que nos hagan un tres por dos.
Y de lo de ser mala…yo prefiero ser malísima.
Esa salsa me a servir a mí para unos cuantos platos que tengo tristones sin una salsuca.
Un abrazo,
María José.
Sonia, qué gusto haber llegado en este momento. Me has hecho recordar un viaje a Buenos Aires precioso (hace un montón de años). Los bifes argentinos, a mí que sí que me encanta la carne… no he tenido la ocasión de degustar nada parecido en mi vida. ¿Y el mercadillo en el barrio de las pulgas? ¿no es de lo más entrañable? ¿Y Caminito en la
Boca?. ¡¡Maravilloso, Buenos Aires!! Te agradezco el regalo de un montón de buenos recuerdos que me has hecho rememorar 🙂
Las patatas, se ven increíbles. Y como también me encantan las patatas, guardo la receta a buen recaudo, pues deben estar deliciosas.
Gracias Sonia, por tu recuerdo y cariñoso comentario.
Un beso.
Que fotos mas bonitas, y esas patatas a la mostaza perfectas y ni contarte de la salsa de vino eres estupenda besitos pepa
Pedazo de salsa, esta pasa al bloc chivato. Besitos mil
Maravilloso Sonia, venir a verte es un placer. Siempre. Enhorabuena por la receta y por tu patología con los «supermercaos». Besos gordos
Ya veo que NO compras carne argentina ya……… (yo haría lo mismo), en cuanto a lo de los mercados….. tranquila, lo mío empieza a ser también un poquito preocupante…… que prefiero ir a ver un mercado recién descubierto que a dar cualquier otro tipo de paseo o ver cualquier otro tipo de tienda………….. La salsa me ha encantado y yo tampoco soy carnívora pero las patatitas…. ayyyyy esas patatitas….. Besazos!!!!!
Sonia, como has estado?, ha sido un disfrute esta entrada sobre Buenos Aires, me encantó ese vino, sabes que los super y los vinos son parte de mis pasiones, me encanta!!. Por primera vez visitaré la capital trasandina y me llevo algunos de tus datos conmigo. Gracias por compartir esta reseña tan linda y ni hablar de esas papitas asadas a la mostaza, deben ser una delicia.
Dime, cuanto vino puedo traer en el avión, je!
Besos para ti.
Bea,
De las malísimas, de las mías. Un besazo.
Adi,
A mí me pasa igual, mejor las patatuelas, pero ya sabes que los carnívoros disfrutan un montón con estas vacas argentinas. Un beso
Tartasacher,
Eres un sol, gracias por enseñarme el truco. Claro, que tus manos son tus manos, y las mias…. Besazos.
Daniela,
Ya verás cuando me toque Montevideo. Allí también hay vinos impresionantes. Un beso.
María José,
Pues nada, nos vamos a terapia de grupo y arreglado. Besazos.
Nieves,
Encantada de verte de nuevo por aquí. Un abrazo grande.
Pepa,
Gracias a vosotros por las patatas tan estupendas. Besos miles
Margarida,
Pruébala que está muy rica. Un beso
Su,
No sé, pero tengo la sensación que padeces la misma enfermedad. Un beso.
Salvia,
Me encanta no comprar carne argentina. Ya lo dije: una buena chica que no se salta las normas.
Kako,
Creo que se pueden traer dos litros de vino, pero no me hagas mucho caso que no estoy muy segura. Si quieres lo miro hoy y te lo digo. Un besazo.
Qué suerte tienes, Sonia, poder estar en Buenos Aires. Es una ciudad que me encantaría conocer. Pero debo ser de las «buenas», pues apenas me muevo de mi sitio, je,je.
Un abrazo y fantástico reportaje
Sonia y qué digo que no te hayan dicho ya. Magnífico post y fantásticas esas patatas con mostaza. Es una mezcla que me chifla. Y en cuanto a las adicciones a ir a mercados, créeme que es lo primero que miro cuando voy de viaje allá donde sea. Me da igual el barrio donde esté, para mí los mercados son la vida del lugar y es dónde mejor se aprende cómo se vive allí.
La salsita… ejemmm… una delicia. Petonets, Sonia.
Sonia esas patatas me han parecido geniales… lo demas también ehhhh me encantan tus entradas.
Voy a tener que dejar de ser una niña buena para poder ir a todas partes, tal y como cuentas, para poder disfrutar de todas estas maravillas.
Se nota que disfrutas de todos tus viajes y sabes tanto de todo!!! Me quedo embobada cada vez que nos comentas algo y esas fotografías, eres un libro abierto, eres…, eres fantástica. Me alegro de haberte conocido. Me transmites alegría, felicidad, y por un momento, mientras dura la lectura, me haces soñar, que eso es lo más bonito y que nunca he sabido explicar…, eso…, me haces soñar… Besos.
Soniiiiiiiiiiiia no puedo creer que hayamos estado tan cerca y no me he enterado, que pena, estoy cerquita de esos lugares que muestras y me hubiera encantado encontrarnos para tomar aunque sea un cafecito y tener el placer de conocerte, espero que la próxima vez me llames. Besos, Mar
Sonia: Muchas gracias por estar, y por tus palabras.
Hermosas fotografías, y que buena receta.
Besos.
Gracias Sonia, me encantaría saber.
HOLA,muy buen blog,gracias por la bonita descripción de mis desvencijada ciudad!a que te dedicas que viajas tanto?hace poco conozco tu blog!y dejame decirte que los precios acá no son nada economicos para los argentinos,la carne mucho menos…pero asi se vive aqui!beso
Oye Sonia, que preciosas las fotos, sacas muy lindas fotos, oye estuviste cerca mìo yo vivo en Chile, vienes a veces a Chile, sè que muchos viajes van solo a Buenos Aires y no vienen a Santiago, besos, Gloris
psa por mi blog te espera algo….
Este post es pura poesía de la buena… y repleta de humor.Tres por uno, conmovernos, divertirnos, ilustrarnos con la sencillez que es un signo de esta viajera, catadora de nubes… gracias!! tengo un vinito divino que se me va a picar si no lo abro ya, así que en vista de la necesidad, tocará ser carnívora, sólo una vez… que yo también soy una chica buena
Me he quedado alucinada con la foto de la gota…felicidades. Por lo demás, esas patatas deben de estar de muerte.
Un saludo desde la dieta Seignalet
¡Esas patatas parecen maravillosas! Nunca las he preparado con la mostaza. ¡Debo intentarla! Su salsa también es maravillosa. Amo la fotografía. ¡Hermoso!
Me encanta tu salsa del fin del mundo… Me encanta cocinar con vino.
Pido perdón por no poder detenerme a dar las gracias personalmente, a cada uno de los que habéis venido a dejar un comentario últimamente. Ya sabéis que hay veces que el tiempo corre más rápido que las intenciones. Un beso a todos y gracias por estar aquí. Sonia
que fotos para maravillosas me encantan todas y las patatas se ven deliciosas realmente un plato buenisimo y la salsa hay dios que barbara genial receta
besitos lindo blog
hi¡ hyola que tal espero que les guste¡
Precioso post, magnífica introducción para una excelente receta. Me permito hacerte una recomendación: Bar Uriarte, en Palermo Viejo. No recuerdo el número, pero es Uriarte y Honduras. Pidete unos ravioli de ternera con salsa de setas, acompáñalos con una botella de Escorihuela Gascón y deleitate con la combinación.
Por supuesto que NADIE de la tripulación compra carne, mal pensados, NADIE conoce a ese muchacho que va con la bici cargada de carne, NADIE.