Tengo unos cuantos vicios. Algunos son confesables, y otros no, como los pimientos de Padrón. A saber: morderme las uñas (mea culpa), leer, cambiar el color de las paredes, padelear (con a), el chocolate y editar fotografías. Y de estos dos últimos me gustaría tratar hoy. (Por cierto, estos son los confesables…)
Todavía no puedo entender como hay gente que está en contra de mejorar una imagen con los recursos de los que actualmente disponemos. Me sorprende cuando alguien me dice que el hecho de “retocar” una foto, la convierte en un producto de segunda clase, en un arte impuro, en algo no válido. Para mi, el proceso de creación de una imagen incluye una serie de etapas, que de ningún modo pueden obviar el de la edición de la misma.
De antemano pido perdón por la burda comparación, pero cuando hice las magdalenas de chocolate cuya receta aparece más abajo, primero tuve que pensar en qué quería hacer, en los instrumentos más adecuados para ello ( molde adecuado, temperatura y tiempo del horno convenientes), en desmoldarlas pasados unos minutos, en espolvorearlas con azúcar glas para hacerlas más bonitas, y en presentarlas de la mejor manera posible para parecer más apetecibles.
La imagen siguiente corresponde a la fotografía de las magdalenas, recién salida de la cámara (lo que se conoce como SOOC es decir “Straight Out Of Camera”, para los que alguna vez hayáis visto el nombrecito y os preguntaseis que diantre querían decir esas siglas), más abajo la foto ya editada… Personalmente, prefiero la segunda…

Con la fotografía pasa lo mismo. Si no contamos con la luz adecuada, empleamos la velocidad de obturación y apertura de diafragma que más nos convengan, difícilmente vamos a conseguir una buena imagen por mucho que la “retoquemos” después, pero una vez conseguido lo primero ¿Por qué vamos a dejar de espolvorearla con azúcar glas, o ponerla en una bonita y rústica cesta, encima de un paño de preciosos colores que contraste con ella? Creamos imágenes cuando de fotografía se trata, productos acabados y cuidados. En mi caso utilizo Lightroom (una maravilla, la verdad) y Photoshop CS4. Y que conste que aparte del crop (recorte) adecuado, y algunas variaciones de exposición, contraste, claridad e intensidad dentro de Lightroom, poca cosa más hay.
Por cierto las magdalenas tampoco son SOOO (Straigth Out Of Oven: Recién salidas del horno)

MAGDALENAS DE CHOCOLATE Y MIEL
Ingredientes:
150 gr de chocolate negro
70 gr de mantequilla
5 huevos (yemas y claras separadas)
125 gr de azúcar moreno
4 cucharadas de miel
150 gr de harina
Precalentar el horno a 190 grados.
Fundir el chocolate junto con la mantequilla. Dejar enfriar.
Batir las yemas con el azúcar hasta que la mezcla adquiera un color pálido. Añadir el chocolate fundido, la miel y la harina. Mezclar bien.
Batir las claras a punto de nieve y mezclarlas con mucho cuidado con la preparación anterior. Dejar reposar durante una hora en la nevera.
Engrasar el molde y distribuir la masa.
Hornear de 8 a 10 minutos. Al cabo de este tiempo, sacar las magdalenas del horno y dejar enfriar unos minutos antes de desmoldarlas.
Decorar con azúcar glas, y colocar las magdalenas en una bonita y primorosa cesta…
Fuente: “Je veux du chocolat” de Trish Deseine
En los próximos días… “Magía en un par de clicks” (pequeños y sencillos trucos de edición fotográfica)