Y por fin despegó el blog. Despegó el blog y aterricé yo. Llegué ayer de México, y tengo todavía la neurona funcionando con siete horas de diferencia, así que no hay nada mejor que tomarlo con mucha calma.
Reconozco que me encanta la comida mexicana, la cerveza mexicana, y los mercados mexicanos. Así que a eso me dediqué.
Después de unos nachos con guacamole, unos estupendos tacos padrón, y una riquísima Modelo Especial (la cerveza mexicana que más me gusta), me fui derechita al supermercado a ver que encontraba de nuevo, y a comprar lo habitual. Suelo comprar allí tortillas de trigo y de maíz, limas de fragancia exquisita, aguacates y unos mangos que solo encuentro en México y que merece la pena buscar. Pero esta vez me vine con nuevos hallazgos que me recomendaron.
Me he traído una salsa ranchera, que estoy segura que si se mancha uno los dedos te borra hasta las huellas digitales. Por cierto, pregunté a una buena mujer que andaba por allí, si ella sabía si aquella salsa era muy picante. Me decidí cuando me dijo: “Un poquito, no más” (!!!), pero que de todas formas podía reducir el picor añadiendo poco a poco azúcar hasta que quedase a mi gusto. ¿De verdad funciona? No lo he probado todavía. Ya contaré los resultados.
Y como casi no podía ser de otra forma, la receta de hoy: Tacos a la española, y Guacamole.
TACOS A LA ESPAÑOLA
Ingredientes:
aceite de oliva virgen extra
1 cebolla grande
3 pimientos verdes
3 pimientos rojos
3 pechugas de pollo
el zumo de 1 lima
sal y pimienta
2 cucharadas de cominos molidos
1 cucharada de pimentón dulce
1 cucharada de pimentón picante (se puede echar más o menos pimentón picante según el gusto, pero siempre añadiendo más pimentón dulce)
un paquete de tortillas de trigo
En una sartén grande calentamos 2 o 3 cucharadas de aceite, y cuando este caliente añadimos la cebolla cortada a tiras. Esperamos a que se dore a fuego suave, y echamos los dos tipos de pimientos cortados a tiras. Subimos el fuego para saltear las verduras.
Mientras tanto cortamos las pechugas de pollo también en tiritas. Una buena manera de hacerlo y bastante más fácil, es con las pechugas medio congeladas. Se puede cortar más fino y más rápido.
Echamos el pollo en la sartén, salteamos un poco, y añadimos sal, pimienta, el zumo de la lima (también se puede usar el zumo de un limón, pero es que la lima sabe a gloria), los cominos y los pimentones. Lo mezclamos bien, reducimos la temperatura y esperamos a que el pollo esté hecho y las verduras tiernas, aunque no demasiado blandas. Calentamos las tortillas, y lo sacamos todo a la mesa. Podemos servirlo con guacamole y con queso de Oaxaca.
El queso oaxaqueño es un queso suave y algo fibroso parecido a la mozarella, que se vende «enrollado». (Me recuerda siempre a una ensaimada hecha una pelota). Pido humildemente perdón a todos los oaxaqueños por este último comentario, si es que hay alguno que lea este blog. A falta de queso de Oaxaca y como la receta se llama tacos a la española, yo rallo queso manchego suave y listo.
El resto es fácil. Cogemos una tortilla, ponemos la mezcla de pollo y pimientos, añadimos guacamole o queso, o los dos, o ninguno, hacemos un rollito y a comer.
GUACAMOLE
Ingredientes:
2 aguacates maduros de la mejor calidad posible
1 tomate pequeño y bien maduro
el zumo de una lima
sal al gusto
cilantro picado al gusto (a mí me encanta, hay gente que lo aborrece)
1 chile jalapeño picado (a quien le guste el picante)
Se abren los aguacates por la mitad, se retira el hueso y con una cuchara extraemos la carne del aguacate y la ponemos en la batidora con el resto de los ingredientes. Si pelamos el tomate con mucha paciencia, mejor. Batimos hasta tener una crema no demasiado fina. Decoramos con unas hojitas de cilantro fresco. Se sirve acompañando a los tacos, o bien podemos tomarlo con unos nachos fritos de maíz.
Existen muchas versiones de guacamole. A mí me gusta ésta. Es rica y sencillísima.
Podemos comprar los nachos hechos, o si todavía quedan ganas, hacerlos nosotros mismos. Yo compro tortillas de maíz (no demasiado grandes, en México me gustan unas que se llaman «Milpa Real»), y las corto como si fueran quesitos en porciones. Después se fríen en aceite de oliva, se escurren bien, y ya están los nachos caseros listos.
Truco final para nota: Se trata de hacer unas cazuelitas con las mismas tortillas de trigo. Pueden servir para poner el guacamole dentro, o el queso, o incluso podemos rellenarlas con la preparación de pollo y pimientos. Si servimos una cazuelita con el relleno y decorado con cariño y dedicación, se puede dejar a la gente boquiabierta, y no solo por el picante. Por supuesto, al ser una tortilla de trigo, la cazuelita también se come. Ahí va.
CAZUELITAS DE TRIGO
Precalentamos el horno a 175 grados. Tenemos a mano un molde grande para flan, y le damos la vuelta. En una ensaladera echamos bastante agua fría y un buen chorro de aceite de oliva. Cogemos una tortilla y la remojamos en esta mezcla. Cuidado, no se vaya a mojar tanto que quede la tortilla para hacer puré, solo lo suficiente para darle forma. A continuación ponemos la tortilla sobre el molde vuelto del revés, y la vamos pegando al mismo dándole la forma de éste. Cuando ya no se despega lo metemos al horno durante 5 minutos. Lo sacamos, dejamos enfriar sobre una rejilla, y cuando este casi frío la separamos del molde con muchísimo cuidado. Así con todas las cazuelitas que queramos hacer.
Ya sé que es un poco largo si queremos hacer muchas, pero advertí que era para nota.
Se me ha quedado en el tintero la receta de las judías pintas refritas pero lo dejo para otro día, que mi cabeza ya no da para más. El jet lag me ataca con ganas. Buenos tacos y buen provecho.