¿A qué saben las nubes? Photography - Locos por la fotografía. Técnica, tutoriales y mucha información
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Author: Sonia

Ensalada Amigos Bloggeros

17/04/200816/11/2010

Soy una recién llegada. Todavía no sé muy bien cómo funciona esto de ser bloggero. Sé que disfruto como una niña cocinando, haciendo fotos y escribiendo. Y me permite, sin ningún tipo de pretensión, dar rienda suelta a mi creatividad. No me cabe ninguna duda de que estoy aprendiendo lo indecible de un montón de compañeros bloggeros a los que visito y con los que me deleito. Pero nunca había pensado que encima, y por si fuera poco, en este mundo cibernético, podías hacerte amigos, y que personas que nunca has visto te animaran y te ayudaran desinteresadamente. María José de “Cocinando con gusto”, amiga bloggera: GRACIAS!!!!!. Y me gusta recibir premios y amistad, pero me satisface más dar. Así que quiero hacer un regalo, el mejor que puedo desde aquí, a esas personas que vienen a verme… y a veces hasta vuelven.

Este plato es mi regalo y mi premio para mis amigos:
Ana de “A las tres de la tarde”, por ofrecerme su ayuda, su tiempo, sus consejos, su enorme amabilidad. Ensalada sana, sana, y energética. Creo que es de las que te gustan. Víctor y Ana, de “Caminar sin gluten”, porque con un par de comentarios me han hecho feliz. Y porque su blog, así sin gluten, es estupendo. Si lo tuviera no podría ser mejor. Ensalada sin gluten, a vuestra salud. María José de “Cocinando con gusto”, ¿Por qué eres tan cariñosa y tan buena persona? No sé que me gusta más: tu blog, o “comentar” contigo (“comentar”: dicese del marujeo que nos traemos entre manos cuando nos ponemos comentarios). Ensalada baja en calorías. Para las dietas con tomate.

ENSALADA DE TOMATE E HINOJO “AMIGOS BLOGGEROS”

Ingredientes:

4 o 5 tomates grandes

1 bulbo de hinojo

6 rabanitos

½ taza de garbanzos cocidos

1 puñado de hojas de hierbabuena

aceite de oliva virgen extra

zumo de limón

sal y pimienta

Cortamos los tomates en trozos. (Tuve la suerte de encontrar unos tomates pequeñitos tipo raf realmente exquisitos, y a precio de tomate normal. ¿Qué hemos hecho para merecer los tomates que se encuentran normalmente en las tiendas? Algo muy malo)

Limpiamos el hinojo de las partes más duras y el corazón, limpiamos los rabanitos, y cortamos ambos en rebanaditas finas.

Ponemos en una ensaladera los tomates, el hinojo, los rabanitos, los garbanzos ya cocidos, y la hierbabuena picadita. Preparamos la vinagreta de limón, con tres partes de aceite de oliva virgen, por una de zumo de limón. Añadimos sal y pimienta al gusto, y batimos hasta emulsionar bien. Lo echamos en la ensalada… ¡y listo!

El contraste del dulzor de los tomates, con el anisado del hinojo y el picor de los rabanitos es delicioso. En este caso utilizo limón porque es más suave que una vinagreta con vinagre. Y para la hierbabuena tengo un truco. En realidad es un truquillo que utilizo con todas las hierbas aromáticas frescas. Los del capón que vayan preparándose que voy: cojo un vaso pequeño, pongo las hierbas dentro. Cojo unas tijeras, las pongo dentro del vaso. Cojo mis dedos los pongo en las tijeras, y me lío a cortar con un placer indescriptible hasta dejarlo todo como me parezca bien. Poco ortodoxo ¡lo sé! ¡pero es de cómodo!

¿Alguien se acuerda de aquella niña que cantaba “La canción del gorila”….”Soy una rumberaaaaaaaa”? Pues así estoy yo. Y voy cantando “Soy una bloggeraaaaaaa….” ¡Hasta pronto!

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Ras el Hanout III. Cuscus con siete verduras

15/04/200816/11/2010

Es curioso. Posiblemente si tuviera que preparar una paella para una reunión familiar, primero me pasaría una noche entera sin dormir, y cuando llegara el momento me echaría a llorar, a mares, lo prometo. Soy un verdadero desastre para la paella. No hay manera. No se puede decir que no lo haya intentado. Soy de esas personas que cuando una determinada receta no les sale bien, insisten e insisten hasta que consiguen algo no sólo comestible, sino rico. Menos con la paella.

Debe ser por eso que para los cumpleaños y demás celebraciones, en mi casa, y desde hace mucho, se come cuscus. Cuando en las casas de los demás se hace paella o cocido, en mi casa se come cuscus marroquí. En mi caso tampoco es tan grave. Resulta que buscando, me entero de que en el año 2006, en Francia, el cuscus es votado el segundo plato favorito de los franceses. Comparto mi casa y mi vida con un francés y tres medio-franceses, y para el francés cien por cien, el cuscus es lo que para mí el cocido de mi madre: mi infancia, mi casa, una satisfacción plena para el paladar y para el alma. No me justifico más.

El cuscus es un plato tradicional de Marruecos de origen bereber, que suele prepararse en celebraciones o en fiestas religiosas, principalmente los viernes. Lo preparan las mujeres, y las múltiples recetas pasan de madres a hijas, así que hay muchas maneras de hacerlo. Esta receta no es complicada, pero laboriosa. El cuscus, es decir la sémola de trigo, no la preparo al vapor, sino que la compro precocida, es mucho más sencillo y queda igual de bien (aunque ya estoy viendo a algunos con ganas de darme un capón)



CUSCUS CON SIETE VERDURAS

Ingredientes:

2 cuartos de pollo

2 buenos trozos de cordero (una pierna de cordero lechal)

1 cebolla

4 zanahorias

5 cebolletas

1 pimiento verde grande

1 berenjena

1 tomate grande

1 calabacín

1 trozo de calabaza

2 patatas grandes

1 taza de ciruelas pasas

1 taza de garbanzos puestos en remojo la noche anterior

1 taza de pasas de corinto

1 taza de almendras crudas

500 gr de cuscus precocido

aceite de oliva virgen extra

1 nuez de mantequilla

sal

pimienta

azafrán

canela

ras el hanout

1.- Cubrimos el fondo de una cacerola grande (muy grande) con aceite de oliva. Cuando esté caliente doramos el pollo y los trozos de cordero. Una vez bien dorada la carne echamos la cebolla bien picada y dejamos que empiece a dorarse también.

2.- Mientras tanto, podemos ir preparando las verduras. Pelamos las zanahorias y las dejamos enteras. Partimos el pimiento por la mitad. Pelamos el tomate y lo cortamos en cuartos, así como la berenjena, las patatas y una cebolleta (las otras cuatro las reservamos para más tarde). El calabacín y la calabaza pelados y partidos también por la mitad.

3.- En la cacerola con las carnes y la cebolla, echamos los garbanzos, sal, pimienta, unas hebras de azafrán, 2 pizcas de canela, y 2 cucharadas de ras el hanout (depende de lo fuerte que esté y depende del gusto. A mí me gusta que se note bastante). Añadimos agua hasta llenar casi la cacerola y llevamos a ebullición.

4.- Cuando empiece a hervir le añadimos las verduras y la patata excepto el calabacín y la calabaza.

5.- Al cabo de 30 minutos probamos, rectificamos de sal si es necesario, y echamos el calabacín y la calabaza. Dejamos que se cocine a fuego suave durante al menos 1 hora más. Las verduras tienen que quedar muy tiernas y la carne suelta del hueso. En el último momento añadimos las ciruelas para que no se deshagan demasiado.

Mientras se cocina lo anterior, preparamos el aderezo de cebolletas, pasas y almendras.

1.- Cortamos las cuatro cebolletas restantes por la mitad y después en rodajitas muy finas.

2.- Cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen, y cuando esté caliente echamos las cebolletas. Bajamos el fuego y dejamos que las cebolletas se vayan confitando muy poco a poco, sin que se quemen, removiendo con una espátula de madera.

3.- Cuando están totalmente transparentes, añadimos las pasas , las almendras y una cucharada de ras el hanout. Dejamos que se siga haciendo a temperatura muy baja, hasta que las cebolletas estén caramelizadas, las pasas hinchadas y las almendras doradas.

Preparamos la sémola:

1.-Medimos el volumen que ocupa la sémola, para echar ese mismo volumen de caldo. La disponemos en una ensaladera con la sal y la nuez de mantequilla.

2.Añadimos el caldo hirviendo de las verduras y las carnes. Lo tapamos y dejamos que se absorba.

3.-Removemos con un tenedor, para que se suelte bien el grano.

Por último presentamos por un lado las carnes con los garbanzos, en otra fuente las verduras y la sémola, o bien la sémola totalmente aparte, y en otro recipiente la preparación de cebolletas, almendras y pasas.

Cada comensal se sirve según su gusto y su apetito: un lecho de sémola, unas verduras, carne o no, caldo para regarlo todo un poquito… y mucho apetito.

Muchas veces preparo este cuscus solamente con pollo, e incluso nada más que con las verduras, y está igual de bueno.

No me resisto a contar una curiosidad que he encontrado: en castellano antiguo al cuscus se le llamaba alcuzcuz y era muy conocido y consumido en Al Andalus. En la primera parte del Quijote, en el capítulo nueve, se hace una referencia al mismo, cuando el narrador paga con “dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo” (ingredientes principales del alcuzcuz) a un morisco por sus servicios como traductor de un manuscrito que encuentra y que habla del propio Quijote. Y que conste que esto no lo digo yo y me lo invento, y si no que se lo pregunten al miembro de la RAE Francisco Rico, catedrático de Literatura Hispánica Medieval (es él quien lo dice, mi pobre imaginación no daría para tanto).

¡Hasta pronto y no dejéis de cocinar todo lo que os gusta!

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Sopa japonesa de verduras y tofu

10/04/200816/11/2010
hemc21 - soja
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Hace mucho tiempo que deje de ser vegetariana, pero lo fui, durante dos años, y me fue muy bien. Tuve que dejarlo porque además de vegetariana me estaba convirtiendo en una mentirosa de tomo y lomo.
Empecé soñando que comía jamón ibérico de ese con cuyo aroma perfumarías la casa entera, y más tarde pasé a comerlo casi a escondidas ¡Mi reputación de vegetariana hubiera quedado por los suelos si alguien lo hubiera descubierto!
Aunque mi vegetarianismo y mi ansia de jamón fueran incompatibles, sí que aprendí a alimentarme de manera más sana, y una de las recetas que más me gustaron fue ésta sopa de tofu y verduras que presento hoy como mi contribución al HEMC 21 de este mes (http://hechoencocina.blogspot.com/).

SOPA JAPONESA DE VERDURAS Y TOFU

Ingredientes:

1 litro de caldo de verduras (si es casero, mucho mejor)

3 cucharadas de salsa de soja

un chorrito de zumo de lima

1 zanahoria grande

1 puerro

1 puñado de espinacas rojas

200 gr de tofu firme

2 rodajitas de jengibre fresco

Cortamos la zanahoria en bastoncitos finos, el puerro de la misma manera, y el tofu en dados.

Ponemos a calentar en una cacerola grande el caldo de verduras, la salsa de soja y el jengibre. Cuando empiece a hervir le añadimos el zumo de lima, la zanahoria y el puerro. Bajamos el fuego y lo dejamos medio tapado, que se haga suavemente hasta que las verduras estén tiernas pero todavía firmes , aproximadamente unos 15 minutos.

Añadimos las espinacas (las espinacas rojas son las que tienen el tallo rojo, resultan más tiernas y más dulces), y el tofu. Tras un minuto, y después de apartar el jengibre, lo probamos y si queremos podemos añadirle un poquito más de salsa de soja. Lo servimos en boles.

Más sencillo imposible, sano y sin grasa. ¡Que aproveche!


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Berlín Alexanderplatz o Ras el Hanout II

08/04/200816/11/2010
Estoy de vacaciones. Me prometí a mi misma que no pondría los pies en un avión en 25 días. Pero ¡ay! La carne es débil. No lo pude resistir y el sábado 5 de abril de 2008 volví a traicionarme a mí misma y me metí en el “tubo” una vez más.

Era muy difícil rechazar la oferta. Se trataba de ir a Berlín por la mañana, y volver más o menos a la misma hora del día siguiente. Y no puedo, lo siento, no puedo evitarlo: poner los pies y los ojos en una ciudad desconocida, nuevos sitios, nuevos platos y nuevas gentes es mucho más fuerte que mi siempre corruptible y facilona voluntad.

Aterrizamos en Berlín entre nubes, en un día gris y húmedo. A pesar de lo tristón del día salimos inmediatamente a la calle en busca de un restaurante donde nos sirvieran lo típico: unas cervezas y unas “salchichen” (no tengo ni idea de alemán, del “guten morgen” no paso). Y es cierto, el mito es cierto. El tamaño de las cervezas era descomunal ¡y nosotras que buscábamos unas cañitas! Tuvimos por fin nuestras “bratwurst” (el término correcto para buscar unas salchichas, por supuesto no el mío), un estupendo “sauerkraut” (chucrut), una buena ensalada, y lo que más me gustó: unos panes riquísimos entre los que había unos pretzel crujientes y tiernos a la vez, calentitos y con su puntito de sal. Una delicia (Queda pendiente: buscar la receta).

Como soy una adicta al chocolate, en cuanto descubrí una preciosa tienda donde vendían toda clase de trufas, bombones y tabletas, decidí gastar mis pocos euros allí. (¡Que felicidad no andar con el cambio de moneda!) Resultado: tableta de chocolate con pistachos (rica), y tableta de chocolate con bayas de pimienta rosa (muy rica y un pelín picante).

Después de un día tipo japonés (enclave turístico, foto, enclave turístico, foto…), volví a mi casa con la siempre muy agradable sensación de que descubrir platos hasta el momento desconocidos es una manera de viajar y de explorar otras culturas y países.

Y ésta es la única conexión que he encontrado para presentar la receta que sigue. Imposible, por mucho que busque, Alemania y Ras el Hanout no riman.

Más Ras el Hanout, sin ser cus-cus.

CAKE DE NUECES Y ACEITUNAS NEGRAS

Ingredientes:

3 huevos

150 gr de harina

½ sobre de levadura

100 ml de aceite de oliva virgen

125 ml de leche

100gr. de queso emmental

sal y pimienta

50 gr de nueces ya peladas

75 gr de aceitunas negras deshuesadas

½ cucharada de Ras el Hanout

Precalentamos el horno aproximadamente a 180 grados. Ya sabemos que el horno de cada uno sólo lo conoce cada uno.

En un recipiente grande batimos los huevos, y los trabajamos con la harina a la que habremos añadido la levadura, la sal, la pimienta y ras el hanout.

Templamos la leche con el aceite de oliva y lo incorporamos a la mezcla anterior. Añadimos el queso rallado, las nueces y las aceitunas cortadas por la mitad.

Vertemos la masa en un molde de cake. No hace falta engrasarlo. Lo metemos en el horno durante unos 45 minutos o hasta que este cocido.

Resulta buenísimo acompañado de una ensalada verde, y además es polivalente. Lo mismo sirve para una comida, un aperitivo, o un picnic.

Tengo unos moldes pequeñitos de cake que son geniales. Como en realidad podemos utilizar la misma receta para muchos cakes diferentes, hago una misma base, la separo en 3 partes iguales, y le añado distintos ingredientes. Podéis ponerle lo que más os guste. En lugar de nueces, aceitunas y ras el hanout, escabeche y pimientos del piquillo, y en el tercero tomates secos, mozarella y orégano fresco. ¡Estupendo!

Auf Wiedersehen!!!

Making off del blog:

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Lo mejor de la tienda

31/03/200816/11/2010

Visité por primera vez Marruecos hace muchos, muchos años. Tranquilos, que el desfase horario de entonces ya lo tengo superado. Ha pasado mucho tiempo y sin embargo, guardo recuerdos de ese viaje mucho más reales que de otros, con diferencia, más recientes.

Creo que se debe a que fue un desafío constante para los sentidos. El maravilloso olor del té con hierbabuena en Tánger, el cuscús que comimos con las manos en Marrakech, el sabor de aquella harira en casa de nuestro guía en Fez, el barullo de los zocos, el color de las especias en los mercados… Un auténtico bombardeo de sensaciones.

Volví con la maleta llena, los bolsillos vacíos, y enamorada de la cocina marroquí.

Me vine con un montón de recuerdos (de los que se compran, y de los que permanecen para siempre en la cabeza y en el corazón) Uno de aquellos recuerdos se vino conmigo y se quedó para siempre. Por supuesto el de aquel entonces se acabó ya, pero he ido renovándolo al cabo de los años, y siempre dispongo de él en la cocina. Me refiero a “Ras el hanout”.

Ras el hanout es una mezcla un poquito picante, cálida y muy fragante de especias y hierbas que se utiliza en Marruecos para muchos de sus mejores platos. No quiere decir otra cosa más que “Lo mejor de la tienda”. El vendedor ofrecía a sus clientes las mejores especias de las que disponía en ese momento en su puesto. La mezcla marroquí puede tener más de 25 ingredientes diferentes y a veces hasta 40. La que nosotros podemos encontrar ahora comercializada bajo alguna marca determinada no suele pasar de 10.

Uno podría llegar a pensar ¿Qué pueden hacer juntos comino, clavo, cúrcuma, pimienta negra, cardamomo, nuez moscada, canela, pimentón, jengibre, cilantro… ? Pues convivir alegremente y dar un sabor maravilloso a un montón de platos.

Voy a empezar la casa por el tejado. Si doy la receta del cuscús que hago en casa, y alguien decide comprarse el botecito o la bolsita de ras el hanout sólo para ese plato, va a acordarse de mí (y no para bien) pensando ¿Y que demonios hago yo ahora con esto? Porque está claro que un cuscús a la semana tampoco vamos a hacer. Así que como una es muy práctica, y desde pequeñita me enseñaron a aprovechar la comida comienzo por otras recetas, que no forzosamente serán de Marruecos, y en las que es ingrediente fundamental el Ras el Hanout.

Mi suegra es una francesa nacida en Marruecos que cocina divinamente, y ella fue la que me enseñó esta receta:

CALABACINES CON RAS EL HANOUT

Ingredientes:

Aceite de oliva virgen extra

1 cebolla grande

1 diente de ajo

3 calabacines

1 lata pequeña de tomate triturado ( también podemos triturar nosotros en casa unos tomates)

sal

1 cucharada de Ras el hanout

En una sartén grande echamos un chorro de aceite de oliva y lo llevamos a fuego suave junto con la cebolla y el ajo picados.

Una vez que la cebolla está dorada, añadimos los calabacines que previamente habremos cortados en rodajitas más bien finas.

Subimos un poco el fuego y salteamos los calabacines hasta que estén dorados.

Vertemos el tomate en la sartén junto con el resto, y sazonamos con la sal y el ras el hanout (podemos empezar con menos cantidad de la señalada y si nos gusta más fuerte añadirle más)

Tapamos la sartén, bajamos el fuego y dejamos que se vaya haciendo despacito hasta que los calabacines estén tiernos.

Se puede servir con cuscús (me refiero solamente a la sémola)

Es un plato muy sencillo de hacer y de verdad muy reconfortante.

La marca que yo estoy utilizando ahora es una marca marroquí que se llama GAYA. La he comprado en un supermercado muy famoso, así que no os será difícil encontrarlo. A pesar de todo la encuentro un poco floja. Tengo otra receta para prepararlo nosotros mismos en casa pero aún no lo he probado, cuando lo haga contaré los resultados.

Por cierto, a todos los que les guste hacer pan en casa. No creo que os vayáis a arrepentir si antes de hornear la masa le añadís una cucharada de Ras el Hanout. Probadlo alguna vez, y si os gusta decídmelo. Si no os gusta, bueno pues por lo menos os queda el consuelo de que le habéis puesto “ lo mejor de la tienda” y mucho, mucho amor.

Hasta la próxima.

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