Soy todo lo contrario a una experta. Para ser fiel a la verdad: no tengo mucha idea de fotografía, y mucho menos de fotografía digital. Todavía con las cámaras antiguas me desenvolvía mejor, pero esto del progreso no lo llevo muy al día. (¡Señor, como pasan los años, me parece mentira que este diciendo de verdad lo que acabo de decir!)
Supongo que como muchas y muchos de vosotros, cuando visito otros blogs amigos, me quedo con la boca abierta y la mandíbula desencajada viendo fotos maravillosas. Y pienso que me gustaría aprender a hacerlo así de bien. ¡Manos a la obra y a la ardua tarea de investigación navegando por las turbias aguas de internet!
Me gustaría compartir con vosotros lo que he encontrado. Espero que pueda serviros de provecho o de inspiración.
Navega que te navegarás llego a buen puerto en
este blog. Y por suerte hay un post dedicado a la fotografía gastronómica. Literalmente (y gracias a mis ultimas habilidades informáticas) copio:
• Lo más importante es la iluminación. Hay que ver, analizar el entorno y buscar la fuente de luz más idónea. La luz natural es magnífica, siempre y cuando sea suficiente, pero no está de más apoyarla con luz auxiliar. Con reflectores (una simple cartulina blanca) o algún flash indirecto.
• Por cierto, evita el uso del flash directo, produce unos brillos excesivos con resultados poco agradables.
• Hay que lograr potenciar al máximo las texturas, por lo que es importante que la luz no sea excesiva. Mejor algo más baja de lo que pensamos, una vez hagamos las primeras mediciones con la cámara.
• Para ingredientes translúcidos, como hojas de verduras, es muy interesante una suave fuente de luz desde atrás.
• Siempre utiliza trípode, así evitamos movimientos indeseados en las tomas. Y además, intenta mantener la cámara entre unos 10 y 45 grados por encima del plato o del motivo, con ello lograremos profundidad.
• En cuanto a los objetivos puedes probar dos opciones diferentes. Un teleobjetivo con una abertura de diafragma mínima para lograr que quede enfocado todo el motivo, incluso el fondo (ver siguiente punto). O bien un angular con una abertura grande y controlando bien la profundidad de campo. Ambas posibilidades pueden funcionar bien, dependiendo de la situación. Aunque el angular puede provocar que las dimensiones de los elementos queden algo distorsionados y hay que tenerlo en cuenta en el resultado final. Prueba varias opciones.
• Cuida el fondo. Es muy importante. Si fotografías un plato con una jugosa carne guisada por tu madre, puedes optar por colocar detrás algún cesto con panes. Preparar un bodegón sencillo de fondo es idóneo, sin que reste interés al motivo principal (se pueden utilizar copas, botellas de cristal, por ejemplo). La composición es muy importante, por lo que además intenta utilizar encuadres cerrados, eliminando todo lo prescindible y las posibles distracciones. Mide bien con el Balance de Blancos, es importante para lograr una temperatura de color adecuada al motivo y resaltar bien los colores. Y mejor usa una velocidad ISO baja.
• Para resaltar algunos alimentos podemos utilizar algunos trucos profesionales: pulveriza con aceite una ensalada y lograrás unas fantásticas gotas o con glicerina sobre la fruta y darás un aspecto de frescura idóneo.
• No olvidemos el imprescindible procesado. Podemos mejorar la saturación de colores, el equilibrio de sombras y luces, eliminar algún brillo indeseado…

Más consejos del estupendo blog
La Tartine Gourmande . Si teneis un ratito id a visitarlo, las fotos son muy, muy bonitas. Lo que sigue es una traducción libre mía:
Pregúntate siempre a ti mismo lo que te sugiere la comida que vas a fotografiar. ¿Es algo rústico, elegante, podemos comerlo con la mano, necesitamos un plato…?
Busca colores que realcen la comida. Tal vez el fondo puede ser del mismo color que la comida o contrastar con ella.
Usa formas repetitivas, geometría interesante y simetría para dar mayor interés a las fotos.
Presta atención al equilibrio espacial ente comida y proporciones de la foto.
Utiliza fondos con diferentes texturas que den más vida, y utiliza ángulos diferentes para probar cual queda mejor. Puedes probar a disparar desde arriba, de frente, desde un lado.
Haz siempre un encuadre más grande de lo que será el resultado final. Recuerda que puedes recortar las fotos antes de ponerlas en el post según tu gusto.
Juega con la comida y muestra la belleza de los ingredientes sin procesar. Observa las formas naturales de la comida.
Tampoco necesitas mostrar la totalidad del plato preparado. A veces , una parte puede ser más sugerente que el todo.
Juega con las sombras, la luz y el color.
No utilices el flash de la cámara. Es mejor utilizar un trípode. la comida no se va a mover y tu trípode tampoco.
La luz natural da mejores resultados. Prueba a colocar la comida al lado de una ventana, y cubre ésta con un visillo para tamizar la luz.
No te atengas a las reglas, prueba lo que se te ocurra. Pon en marcha tu creatividad.
Y después de andar un buen rato dando vueltas a los espárragos, algo tenía que hacer con ellos:
QUICHE DE ESPÁRRAGOS Y QUESO DE CABRA
Ingredientes:
250 gr. de masa quebrada
2 manojos de espárragos verdes
2 huevos grandes
150 ml. de nata líquida
queso de cabra (opcional)
sal
pimienta
nuez moscada
1.- Lavamos los espárragos y los cortamos en trozos de unos 6 cm. de largo. Los cocemos al vapor hasta que queden “al dente”.
2.- Estiramos la masa quebrada con el rodillo y la acomodamos en el molde con cuidado. Recortamos los bordes que sobresalgan, pinchamos el fondo con un tenedor y lo llenamos de legumbres secas para que la masa no se levante.
3.- Metemos en el horno precalentado a 180 grados durante 10 minutos para que la masa se “seque”.
4.- Mientras tanto batimos los huevos hasta que queden espumosos y les añadimos la nata líquida ( en realidad podemos utilizar cualquier tipo de leche. He probado con leche evaporada que tiene menos grasa, con leche de vaca u otras leches vegetales y sale igual de bien). Sazonamos con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
5.- Sacamos la base del horno y colocamos los espárragos dentro. Vertemos por encima la mezcla anterior, y si nos gusta unos pellizcos de queso de cabra.
6.- Volvemos a meter en el horno a la misma temperatura durante unos 25 o 30 minutos, o bien hasta que veamos el relleno cuajado y dorado.

Imprimir la receta
Voy a seguir dándole a la cámara. Hasta que alguien me mande a freir espárragos.